¿Qué es la resaca y qué se puede hacer para evitarla según la ciencia?

Con diciembre, llegan las fiestas y los festejos de fin de año. Entre brindis y brindis, desde la Agencia repasamos los riesgos y te contamos cómo prevenir un malestar vinculado a los excesos.

Tendencias - Vida y Ocio14/12/2024
resaca

Diciembre es el mes de los festejos: Navidad, Año Nuevo y despedidas con compañeros de trabajo marcan la agenda y, con todo eso, llegan los excesos. El último tramo se asocia, para muchas personas, con el consumo de una gran cantidad de alcohol y la consabida resaca. Sin embargo, ¿de qué se trata este fenómeno? ¿Qué explicaciones brinda la ciencia al respecto? ¿Cómo hacer para evitarla o que sus efectos sean menos desagradables? Desde la Agencia de Noticias Científicas de la UNQ te contamos todo lo que hay que saber para sobrellevar los festejos.

La resaca se define como un conjunto de síntomas desagradables que pueden aparecer después de tomar demasiado alcohol. No hay una manera sencilla de saber cuánto alcohol se puede tomar de manera segura para evitarla. Los síntomas de la resaca arrancan cuando el alcohol en sangre baja a cero; es por esto, precisamente, que muchos piensan que encarar el día posterior con una bebida alcohólica la evita cuando lo único que se logra es persistir en la intoxicación.

Entre los síntomas que caracterizan a la resaca se encuentran cansancio, sed o boca seca, dolor de cabeza, náuseas, vómitos, mareos y baja tolerancia a la luz o al sonido. Si bien desaparece, puede darse una situación de intoxicación por alcohol, que se produce cuando el consumo es excesivo en un período corto de tiempo. Puede afectar a la respiración, la frecuencia cardíaca, la temperatura corporal y el reflejo de nauseas; y, si el cuadro empeora, se puede alcanzar un estado de coma o incluso la muerte.

Factores que contribuyen

Uno es la inhibición de la vasopresina: la falta de esta hormona produce que el riñón elimine más agua de la que ingresa. El efecto se siente porque las meninges (membranas que recubren el cerebro) se deshidratan y aparece el dolor de cabeza. Con la deshidratación también se desencadena el cansancio y la sed excesiva.

Por otra parte, el alcohol hace que disminuyan los niveles de glucosa en sangre. Entre los 30 y 90 minutos posteriores a la ingesta se produce una rápida transformación de glucógeno (la forma en la que el azúcar se almacena en el hígado) en glucosa y esta se elimina de forma rápida del organismo. En efecto, aparece el cansancio excesivo y algunos temblores; de hecho, cuando la bajada es extrema pueden surgir convulsiones.  

Es innegable también que el consumo de alcohol influye en el sistema nervioso y las funciones cerebrales. Al verse afectada la acción de algunos neurotransmisores, el primer blanco son las emociones, los procesos de pensamiento y el juicio. Si la ingesta de alcohol continúa, se altera el control motor y esto se ve reflejado en problemas en el habla y reacciones más lentas.

Quién presenta más riesgo

Usualmente, si se bebe alcohol existe la posibilidad de una resaca, pero hay personas que son más propensas a ella. La enzima alcohol deshidrogenasa es la encargada de detoxificar el hígado y hay quienes producen menor cantidad de este componente, por ende, son los más expuestos. Por otra parte, beber con el estómago vacío o consumir otras drogas como la nicotina incrementa la chance de presentar resacas más fuertes.

Aunque se conozcan varios remedios caseros, lo cierto es que solo hay un puñado de acciones efectivas. Como el alcohol llega a la sangre más rápido si el estómago está vacío, es recomendable comer antes y mientras se bebe. Por otro lado, incorporar un vaso de agua entre bebidas evita la deshidratación al mismo tiempo que se disminuye el alcohol que se ingiere. También, entre otros aspectos fundamentales, se recomienda tomar despacio.

Si bien algunas personas toman analgésicos para prevenir los síntomas de la resaca, la aspirina o el ibuprofeno pueden hacer que se produzca más acido estomacal y esto causa irritación y molestias. La mejor recomendación, más allá de los remedios caseros, sigue siendo beber con moderación.

Por Nadia Chiaramoni - Agencia de Noticias Científicas de la UNQ.

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