La ciencia explica por qué escribir a mano ayuda a desarrollar el cerebro humano

Nuevas investigaciones detallan cómo esta práctica milenaria activa los procesos cognitivos. La importancia de equilibrar lo digital con métodos tradicionales, según una especialista.

En una sociedad donde la tecnología redefine las vidas, con pantallas táctiles y teclados por todas partes, un estudio de la Universidad de Noruega revela que escribir a mano tiene beneficios significativos para el cerebro. El trabajo, publicado en la revista Frontiers, muestra que este tipo de escritura mejora la conectividad cerebral, un aspecto esencial para la memoria y el aprendizaje.

La investigación involucró a estudiantes universitarios que realizaron tareas de escritura tanto a mano como en teclado, mientras se monitoreaba su actividad cerebral con encefalogramas. Los resultados fueron claros: cuando los participantes escribían a mano, la conectividad entre diferentes regiones del cerebro aumentaba considerablemente.

En cambio, esta conectividad disminuía al usar el teclado. Consultada por la Agencia de Noticias Científicas de la Universidad Nacional de Quilmes, Brenda Schaerer, directora del Instituto Joaquín V. Gonzalez de Quilmes, aporta los siguiente: “Escribir a mano activa procesos cognitivos que facilitan la retención y el almacenamiento de información”.

Según Schaerer, la escritura manual también mejora el razonamiento lógico y la comprensión. “Para resolver un problema de matemática, un ejercicio de física o un razonamiento químico, se necesita esa escritura grafomotriz”, explica. Esto implica una conexión más profunda con las ideas y facilita su organización.

Más allá de las pantallas

Esta práctica milenaria requiere una sincronización entre la vista y la mano, fortalece la memoria visual y mejora la retención de información. Según Schaerer, “al ver lo que estás escribiendo, tu ojo lo procesa, lo lleva a la mente y trata de memorizarlo”. Este proceso es esencial en el desarrollo cognitivo, especialmente en niños, ya que contribuye al desarrollo de la motricidad fina y la atención. Sin embargo, la especialista advierte que los chicos de 5, 6 o 7 años están dejando de practicar la escritura cursiva, lo que resulta en la pérdida de habilidades motoras finas.

Siguiendo esta línea, sugiere que, si bien es importante adaptarse a las nuevas tecnologías en los currículos educativos, también “se deben conservar y valorar las habilidades tradicionales debido a los beneficios demostrados que ofrecen”.

Con todo, en un entorno donde la tecnología predomina, equilibrar las herramientas digitales con métodos tradicionales podría ser clave para el desarrollo integral de los estudiantes.

Por María Ximena Perez- Agencia de Noticias Científicas de la UNQ.

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