¿Por qué la gente viaja a los mismos lugares una y otra vez?
10 cualidades que nos motivan a repetir nuestros destinos de viaje
Cuando organizamos un viaje, tratamos de visitar la mayor cantidad de lugares para ir conociendo cada vez más sitios. Sin embargo, existen ciertos destinos que son sumamente especiales y nos llaman a querer repetirlos una y otra vez. Pero, ¿qué es lo que hace que un sitio sea tan significativo y atractivo? La edición estadounidense del HuffPost se ha puesto en contacto con expertos en viajes para averiguarlo. A continuación se enumeran las 10 cualidades que hacen que merezca la pena volver a un lugar.
- Apego emocional
"Muchas personas repiten destino porque desarrollan cierto apego emocional con ese lugar, porque allí han vivido experiencias inolvidables, a menudo con familiares o amigos", señala Nancy Schretter. "Conforme crece ese vínculo, cada vez les resulta más atractivo regresar", añade.
Esta conexión emocional puede ir más allá. "Una de mis especialidades es planificar viajes a destinos de donde provienen los antepasados de mis clientes: de este modo, muchos miembros de una familia vuelven a un lugar o país en repetidas ocasiones, conozcan o no a las personas", cuenta la asesora de viajes y escritora Lisa Vogele.
- Conexión con la cultura y la comunidad local
"En mi caso, los destinos que me incitan a volver son aquellos en los que siento una conexión con el lugar o la cultura, y tengo la necesidad de descubrir más cosas y no quedarme solo con lo superficial", apunta Alex Reynolds, bloguero de viajes en Lost With Purpose. "Los lugares turísticos están muy bien, pero lo que causa una impresión duradera es la bienvenida que dan los habitantes locales. Llega un momento en el que se acaba la lista de puntos de interés, pero nunca se deja de aprender de las personas y sus culturas".
"La gente vuelve a los mismos sitios para visitar a amigos y estar con la comunidad local. Hay algunos lugares, como Tulum, Ibiza o Mikonos, en los que la comunidad ayuda mucho a construir y desarrollar estas sensaciones. Es fácil engancharse a esos sitios", plantea Molly McCorkle, editora de AHotelLife.com.
- La historia
"El interés histórico por un periodo concreto o un asunto de un país constituye un elemento muy atractivo, como es el caso del Renacimiento e Italia, la familia real y Reino Unido, etcétera", apunta Vogele.
Michael Luongo, escritor y fotógrafo, señala que hay países como Italia que resultan sorprendentes. "Cuenta con el mayor número de lugares declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Además, hay regiones con una gran riqueza cultural o arqueológica, y siempre existen rincones maravillosos escondidos a unos pocos kilómetros de un sitio donde ya se ha ido de viaje", comenta.
- Belleza particular
"Observar cómo sale humo del monte Etna en Sicilia, las vistas desde la Torre Eiffel en París, surfear las olas de las costas portuguesas, caminar por las rutas del Camino de Santiago... son momentos increíbles en los que se está presente físicamente, lo cual provoca un deseo imperioso de regresar", señala Vogele.
"La naturaleza es un elemento esencial para muchas personas. A mi marido le encanta, y por eso trata de repetir algunas rutas que ya hemos hecho anteriormente", afirma la escritora y psicóloga Alice Boyes.
- La gastronomía
"Muchos de nuestros clientes repiten destino: el número uno es Italia ", cuenta al HuffPostApril Merenda, presidenta y fundadora de Gutsy Women Travel. "Desde mi punto de vista, la gastronomía desempeña un papel fundamental, así como la cultura y el hecho de que como hay tantas cosas que ver se hacen necesarias múltiples visitas. Estos destinos despiertan los cinco sentidos".
- La familiaridad
"Cuando una persona lo ha pasado maravilloso en un viaje, es normal que quiera volver, porque sabe con certeza que volverá a ser así. Si un viajero ha descubierto ciertas actividades, restaurantes y experiencias que le hacen feliz, es altamente probable que regrese una y otra vez. Además, viajar de nuevo a lugares conocidos trae consigo un sentimiento de seguridad y comodidad", añade Schretter.
"Hay destinos que pueden atraer a los viajeros hasta tal punto que un día se sorprendan hojeando revistas de agencias inmobiliarias y planteándose cuánto les costaría alquilar un apartamento en ese lugar", señala Hartshorne.
"Valoro mucho estos lugares y sigo viajando a ellos porque sé exactamente lo que me voy a encontrar cuando me baje del ferry o termine el viaje de seis horas por autopista. La previsibilidad es un factor que atrae a los viajeros. Puede que en un mismo barrio hayan abierto tiendas nuevas, pero básicamente sigue siendo el mismo lugar. El lago, el hombre que nos lleva en barca para cruzarlo, todos esos elementos resultan deliciosamente familiares", apunta Hartshorne.
- Explorar rincones desconocidos
"Una ventaja de repetir destino es que ya se conocen las trampas para turistas, por lo que un viajero puede centrarse en explorar tranquilamente lugares menos turísticos. Así, cuando se hacen estos viajes, a menudo hay menos riesgo de tener que esperar colas o enfrentarse a grandes multitudes", sostiene Hartshorne.
"Yo siempre recomendaría repetir un viaje, porque es una oportunidad maravillosa para conocer rincones de una ciudad o de un país que no se pudieron ver la primera vez, o quizá para explorar lugares ocultos, más allá de los sitios turísticos, y apreciar a su gente, su cultura y su paisaje", sugiere David Else, escritor en Lonely Planet.
- Tradición familiar
"Hay destinos que, por algún motivo, pasan a formar parte de la tradición familiar. Los padres llevan a sus hijos a una playa, granja o destino particular durante las vacaciones de verano y, al ser familia, guardan esos recuerdos como si fueran un tesoro", explica Schretter.
"Cuando esos niños crecen y tienen hijos, también quieren compartir este destino con ellos. Así, a menudo se convierten en vacaciones multigeneracionales, ya que a los abuelos les encanta ver ese lugar a través de los ojos de sus nietos. Además, en muchas ocasiones, vuelven a sitios donde todo el mundo les conoce, así que ese lugar es como volver a casa", añade.
- Un trato especial
"Algunos hoteles ofrecen un trato especial a los clientes recurrentes. Con el tiempo, conocen sus preferencias y el personal se esfuerza por hacerles sentir a gusto", asegura Schretter.
"A mí me gustan los hoteles. Me gusta la idea de vivir solo con lo que llevo en la valija, que el personal esté disponible las 24 horas del día y que me hagan la cama. Así que, cuando encuentro un hotel en el que el personal es amable, agradable y que me resulta cómodo, siempre intento volver. Además, hay pequeñas cosas que mejoran mi experiencia, como que me saluden por ser cliente frecuente", cuenta Boyes.
- Acceso fácil a una gran variedad de experiencias
"Hay lugares de vacaciones y destinos que ofrecen una gran cantidad de actividades para todas las edades e intereses. De este modo, se convierten en lugares recurrentes, en especial para las familias multigeneracionales, con hijos de todas las edades o grupos de amigos. Este tipo de destinos proponen actividades o restaurantes nuevos constantemente. Esta amplia gama de actividades y experiencias lleva a que los viajeros disfruten de aquello que les gustaba de antemano, pero también que se atrevan a probar algo nuevo la segunda vez. Así, nadie se aburre", afirma Schretter.
También el tamaño de la ciudad importa a la hora de repetir visita: "Mucha gente vuelve a Buenos Aires, por ejemplo, porque es un lugar vivo y en constante cambio, ya sea por el arte, la vida nocturna, los restaurantes...". Para Schretter, "la clave es ir a un lugar que tenga una ciudad grande en la que siempre haya algo nuevo y sea de fácil acceso".
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