Una verdadera “Era del Celular”: no para de crecer el uso del dispositivo portátil
¿Cuándo su uso empieza a ser excesivo? ¿En qué momento empieza a ser perjudicial? ¿Qué problemas, físicos y sociales genera su dependencia? Las preguntas que resuenan en momentos de un consumo vertiginoso de la pantalla en la palma de la mano.
El que haya sido víctima del robo de su celular, posiblemente haya experimentado dos sensaciones: una de despojo, muy lógica, y otra bastante parecida a perder una brújula: ¿Y ahora qué hago? ¿Cómo cuento lo que me acaba de pasar? ¿Adónde puedo comprar un nuevo aparato, si no puedo guglear un local de venta?
Todo hace pensar que atravesamos una Era del Celular. Somos en tanto que lo tenemos en nuestras manos. Un “homo-celularum” camina con los ojos puestos en la pantalla en esta segunda década del siglo XXI. Pero, ¿cuándo su uso empieza a ser demasiado uso? ¿En qué momento empieza a ser perjudicial? ¿Qué problemas, físicos y sociales, genera su dependencia?
Nuestra terminal audiovisual de bolsillo fue asumiendo cada vez más roles. Es, por supuesto, un teléfono (una función primigenia y hoy, hasta secundaria), pero también un dispositivo de mensajería; anotador, calculadora, despertador, hasta entretenedor (multitud de juegos en Apple Store), cámara de fotos y filmadora (con la posibilidad de editar). Hasta linterna. Y, por supuesto, todas las posibilidades que brinda el acceso a Internet, con el buscador de Google en primera línea.
Los consumos en el celular se diversifican sobre diferentes plataformas. Instagram es la aplicación con mayores descargas en el mundo, pero TikTok es en la que más tiempo permanecen. Facebook, la pionera de las redes sociales, mantiene la mayor cantidad de usuarios activos, incluso por delante de WhatsApp. Según la consultora digital Data.ai, las aplicaciones más descargadas en los celulares en el mundo, en 2021, fueron: 1. TikTok; 2. Instagram; 3.Facebook; 4.Whatsapp; 5. Telegram; 6. Snapchat; 7.Facebook Messenger; 8. Zoom Cloud Meetings.
Se estima que la edad promedio para comenzar a usar el celular son los 10 años. Lo que sigue es un consumo vertiginoso. La Organización Mundial de la Salud afirmó que “en los últimos años aumentaron los casos de obesidad en niños y adolescentes” lo que fue relacionado “con la falta de actividad física por el uso del celular”.
Los especialistas coinciden en apuntar dos síntomas: el insomnio y el estrés. Respecto del primero, se advierte que la luminosidad extra de la pantalla activa varios receptores que hacen pensar a nuestro cerebro que aún es de día, y que podemos permanecer más tiempo despiertos. La consecuencia es irritabilidad, somnolencia y falta de concentración. En relación al segundo, resulta del efecto de estar pendientes de las notificaciones, mensajes y redes en general, lo que produce un incremento de la irritabilidad del sistema nervioso, generando ansiedad, déficit de atención y aumento del estrés.
Pero, ¿cómo saber si se es adicto al celular? ¿Cuál es la medida? Según los sitios especializados, si se lo revisa apenas uno se despierta, si es lo último que chequeamos antes de dormirnos, si revisamos a cada rato la posibilidad de mensajes nuevos, si no podemos salir de casa sin él, incluso si creemos que vibró o sonó advirtiendo de un mensaje cuando no lo hizo, estamos en graves problemas.
Somos muchos los que estamos complicados. Un informe de Estado Móvil 2022 indica que se usaron estos dispositivos casi 5 horas en promedio durante 2021 (4,8 horas). Supone un tercio del tiempo que permanecen despiertos y un 30% más que el año anterior. Proyectado: poco más de 76.500 horas o 8,74 años en toda la vida, dedicadas al celular.
La resultante puede segmentarse, ya que son los Centennials (nacidos en esta centuria) quienes más tiempo pasan frente al teléfono, de 6 a 10 horas diarias. Luego los Millennials (nacidos entre 1980 y 2003), 3.7 horas diarias. la Generación X (entre 1965 y 1980), 3 horas diarias. Los más desapegados son los Baby Boomers (quienes oscilan entre los 56 y los 73 años) con “apenas” 2.5 horas diarias.
Ante este panorama, los propios celulares incorporaron funciones que miden el consumo diario, del aparato mismo y de cada app. De hecho, irónicamente, hay apps como Moment o Quality Time (disponibles en IPhone y Android, respectivamente) que desglosan el uso y permiten poner límites. En WhatsApp ya puede verificarse cuánto estamos intercambiando mensajes. En Estados Unidos, la Fundación Nacional del Sueño recomienda dejar al dispositivo por lo menos media hora antes de acostarse. Como opción, utilizar el “modo nocturno” (“Night Shift” o “Night Light”), que reduce el espectro de colores de la pantalla, y descansa más la vista.
Acaso en esto mismo tengamos la medida real de esta Edad del Celular: es al propio aparato al que recurrimos para que nos informe cuándo debemos abandonarlo.
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