La medida se llevó a cabo por tratarse de una cantidad de mercadería que debió haber sido enviada en un vehículo habilitado para el transporte de alimentos, y acompañada de la documentación sanitaria de respaldo. En cambio, fue encontrada en encomiendas que eran llevadas en un transporte de pasajeros que cubría el trayecto Córdoba–San Martín de los Andes.

El hallazgo se produjo a partir de un operativo en ruta que realizó Gendarmería Nacional. Personal de esa fuerza dio aviso a agentes del Senasa que se dirigieron a la terminal de Cipolletti para inspeccionar los equipajes y demás bultos que se encontraban en el colectivo.

A propósito de esta situación se advierte a la comunidad sobre la necesidad de asumir la responsabilidad de cuidar la salud pública, ya que cuando se despachan alimentos mediante encomiendas no se cuenta con las medidas adecuadas para resguardar su inocuidad.

Quien realiza el envío no puede garantizar que las condiciones de traslado sean las óptimas para la conservación y aptitud de la mercadería, y por lo tanto tampoco tiene garantías el potencial consumidor de esos alimentos.