Muerte súbita: qué hay que saber

Ante el último caso fatal sucedido el pasado martes al jugador de fútbol Andrés Balanta (Club Atlético Tucumán) de 22 años, es importante recordar algunos puntos al respecto.

Tendencias - Vida y Ocio 04/12/2022
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Lo principal es saber que la muerte súbita tiene como causa principal una arritmia cardiaca llamada fibrilación ventricular, que hace que el corazón pierda su capacidad de contraerse de forma organizada, por lo que deja de latir. Se diferencia del paro cardíaco porque en este se produce la interrupción repentina de la actividad cardíaca debido a un ritmo cardíaco irregular. 

En la mayoría de los casos, aunque no en todos, la muerte súbita la padecen personas con enfermedad cardíaca no conocida antes de que ocurra el evento. Es por esta razón que resulta fundamental hacerse chequeos cardiológicos con regularidad, para detectar estas problemáticas lo antes posible.

Entre las principales enfermedades que pueden conducir a este tipo de muerte, se encuentran:

- Síndrome de Brugada: se trata de una enfermedad cardíaca que se caracteriza por una serie de episodios de taquicardia ventricular polifórmica que puede causar desmayo o muerte súbita.

- Displasia arritmogénica del ventrículo derecho: se trata de una enfermedad hereditaria en la que se produce una pérdida progresiva de miocitos que se reemplazan por tejido adiposo. Afecta más a adultos jóvenes que no superan los 40 años.

- Taquicardia ventricular polifórmica catecolaminérgica: se trata de una patología de carácter hereditario en la que los corazones son estructuralmente anormales.

- Síndrome de QT largo: se caracteriza por arritmias cardíacas por distintas anomalías de tipo estructural en los canales de sodio y potasio del corazón.

- Miocardiopatía hipertrófica: se trata de una enfermedad genética caracterizada por un engrosamiento del corazón, en la mayor parte de los casos del ventrículo izquierdo. Se trata de la principal causa de muerte súbita en adultos menores de 50 años.

- Miocardiopatía dilatada: se produce una dilatación en el ventrículo izquierdo y una disfunción sistólica que incapacitan que el corazón pueda bombear sangre. Los trasplantes de corazón pueden provocar esta anomalía, aunque su prevalencia no se conoce con exactitud.

No hay que olvidar que los bebés entre un mes y un año son propensos a sufrir esto, lo que se llama también síndrome “muerte en la cuna”, o “muerte súbita del lactante”. Hay factores físicos que pueden afectarlos son el bajo peso al nacer, defectos en la sección del cerebro que controla la respiración, o infección respiratoria.

Otros factores son los ambientales en cuanto al sueño, como la posición en la que los bebés duermen o los objetos que hay en sus cunas. Si duermen de costado tienen más dificultad para respirar que si se los pone boca arriba. Las superficies blandas o con muchas mantas no son recomendables que pueden bloquear las vías respiratorias.

Como siempre, actuar rápido puede hacer la diferencia entre un resultado óptimo y uno fatal. Si se detecta que la muerte súbita acaba de ocurrir, se debe llamar inmediatamente al hospital más cercano y explicarles detalladamente lo que ocurrió.

El único tratamiento efectivo para detener la muerte súbita es la desfibrilación precoz, que consiste en una descarga eléctrica en el corazón mediante palas o parches que tratan de reiniciar la actividad del corazón. Si no se dispone de un desfibrilador cercano, se puede hacer reanimación cardiopulmonar (RCP) en la que se aplica un masaje cardíaco:

- Se deben poner ambas manos en el centro del esternón del paciente y hacer compresiones hacia abajo con los brazos extendidos en ángulo recto respecto cuerpo de la víctima. 

- Comprimir el esternón hacia abajo unos 4-5 cm, con una frecuencia aproximada de 100 veces por minuto, e intentar que las compresiones sean rítmicas y regulares, es decir, con las mínimas interrupciones posibles. 

- El masaje cardiaco se debe mantener hasta que la persona recupere el conocimiento o hasta que llegue la asistencia médica.

La desfibrilación es una maniobra de RCP en las que se usa un desfibrilador externo automático (DEA). Este es un dispositivo electrónico que puede diagnosticar complicaciones en el ritmo del y emitir la señal de alerta para aplicar una descarga eléctrica que restablezca el ritmo cardíaco normal.

Referido a esto último se encuentra la ley 27.159 de “prevención de muerte súbita en espacios de acceso público”. Esta dispone las medidas necesarias para prevenir eventos de muerte súbita en espacios públicos. Fue aprobada 2015 y reglamentada este año.

La norma establece la obligación de instalar Desfibriladores Externos Automáticos (DEA) y capacitar para su uso en los espacios públicos y privados de acceso público, como establecimientos deportivos y culturales, centros religiosos, casinos, bancos y lugares de trabajo con más de 1.000 empleados.

Su finalidad es evitar la muerte súbita en espacios públicos y privados de acceso público, teniendo en cuenta lo primordial que es contar con los elementos necesarios y a la mano para poder asistir a una persona que esté padeciendo una muerte súbita o un paro cardiaco.

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