Entre copas y corcheas: ¿de qué manera la música estimula el consumo de alcohol?

La música, ese inigualable lenguaje universal, es una influencia omnipresente en la vida del ser humano. Desde tiempos inmemoriales, acompaña en momentos de alegría, tristeza, celebración y reflexión. Sin embargo, es poco común detenerse a pensar en el poder que tiene sobre los propios hábitos y comportamientos, especialmente cuando se trata del consumo de alcohol. Según datos de la Federación Internacional de la Industria Fonográfica (IFPI), se estima que el promedio de horas dedicadas a escuchar música al año asciende a unas 1.000 horas. Esta omnipresencia coloca a las personas en una posición única para ser influenciadas por lo que escuchan.

En este contexto, un estudio reciente publicado en Alcohol, Clinical and Experimental Research, analizó la prevalencia y el impacto de las referencias al alcohol en la música, utilizando datos recopilados de cuatro bases de datos principales. Los resultados revelaron que las menciones al alcohol son mucho más comunes de lo que generalmente se cree.

De hecho, aproximadamente una de cada cuatro canciones hace alguna referencia al alcohol. Esta exposición constante a mensajes que glorifican el consumo puede tener un impacto significativo en los hábitos especialmente entre los jóvenes, que son particularmente susceptibles a las influencias externas mientras aún están en proceso de desarrollo.

Armonías embriagadoras

El análisis también resaltó que ciertos géneros musicales, como el trap, tienen una mayor propensión a hacer referencia al alcohol en comparación con otros. Esto sugiere que la exposición varía según el tipo de música que se escuche. Además, se encontró una correlación positiva entre escuchar esta música y el comportamiento real de beber. Aquellos que disfrutaban canciones con referencias al alcohol tenían una mayor probabilidad de beber en exceso y experimentar problemas relacionados con la bebida. Este hallazgo subraya aún más la influencia que puede tener en los hábitos y decisiones.

¿Cuáles son las implicaciones de estos hallazgos? Las referencias al alcohol en la música moderna contribuyen a normalizar el consumo de alcohol y pueden estar exacerbando problemas relacionados con su consumo excesivo, especialmente entre los jóvenes.

En diálogo con la Agencia de Noticias Científicas de la Universidad Nacional de Quilmes, la psicoanalista y politóloga Nora Merlin, explica que la presencia de marcas de alcohol en la música, especialmente en géneros como el rap y el trap, no sorprende. ”Desde los inicios de la industria del entretenimiento, somos testigos de acuerdos contractuales que vinculan a actores y músicos con el consumo de alcohol. Esta influencia no es sólo evidente, sino que también se manifiesta de manera explícita y subliminal, aprovechando actividades de ocio como el baile y los conciertos para promover el consumo de alcohol entre los jóvenes”, dice.

En ese sentido, la especialista destaca que los medios de comunicación, incluyendo la música y las redes sociales, desempeñan un papel crucial en la formación de actitudes y comportamientos, fundamentalmente entre los adolescentes, que están inmersos en la cultura digital. “Estos medios no solo reflejan la cultura de masas, sino que también la moldean, influyendo en la opinión pública y en las actitudes hacia el consumo de alcohol”.

Sin embargo, esta influencia en los adolescentes no es omnipotente. Existen factores individuales y contextuales que pueden modularla, como la personalidad, el entorno familiar, social y político. A pesar del bombardeo constante de mensajes que promueven el consumo, los límites personales y las regulaciones externas pueden mitigar su impacto, fomentando una autoregulación saludable.

“Es fundamental que los padres y educadores aborden el tema del consumo de alcohol influenciado por la música de manera proactiva. Si bien es imposible ir en contra de la corriente cultural dominante, es posible promover la conciencia y el pensamiento crítico en torno al consumo de alcohol”, sostiene Merli. Esto implica aceptar la realidad del mundo actual, donde el consumo excesivo y las adicciones son una realidad, pero también trabajar en la educación de los jóvenes para que puedan participar en actividades sociales de manera responsable y consciente.

En esa línea, en lugar de prohibir o ignorar el consumo de alcohol entre los adolescentes, es crucial brindar orientación sobre cómo hacerlo de manera segura y moderada. Esto implica enseñarles sobre los riesgos asociados con el consumo excesivo, promover hábitos de consumo responsables y fomentar un ambiente donde se pueda hablar abiertamente sobre el tema. En última instancia, se trata de empoderar a los jóvenes para que tomen decisiones informadas y conscientes en un mundo donde el alcohol está omnipresente.

Con todo, la música como reflejo cultural es una herramienta poderosa para dar forma a un futuro donde el equilibrio y la moderación sean la melodía dominante en su relación con el alcohol.

Por María Ximena Perez - Agencia de Noticias Científicas de la UNQ.