Nueva evidencia científica: ¿cómo los pasatiempos ayudan a mantener una vejez feliz?
Un estudio reciente sugiere que fomentar actividades recreativas y culturales podría ser fundamental para abordar la epidemia de depresión en la población de adultos mayores a nivel mundial.
Don José es un hombre de 75 años que vivió una vida plena. Durante su juventud, fue un respetado profesor de historia, y su pasión por el conocimiento lo llevó a viajar por el mundo. Sin embargo, los últimos años fueron difíciles para él. La pérdida de su esposa, quien fue su compañera durante más de cincuenta años, lo sumió en una profunda depresión. Un día, mientras revolvía un cajón, encontró un álbum de recortes de pasatiempos que solían disfrutar juntos. Había recuerdos de tardes de ajedrez, paseos por el parque y excursiones a museos y galerías de arte. De repente, una chispa de esperanza iluminó su mirada y decidió revivir algunas de esas actividades que tanto amaba. Comenzó a jugar al ajedrez en línea y se unió a un club local donde conoció a otros entusiastas. Esta actividad le brindaba una sensación de camaradería que había estado ausente desde la partida de su compañera. También decidió retomar su interés por la historia y comenzó a asistir a conferencias en la universidad. Al hacerlo, encontró una nueva comunidad de estudiantes ansiosos por aprender de su vasto conocimiento. Así, poco a poco, el abrazo oscuro de la depresión comenzó a aflojarse.
La depresión en personas mayores es un desafío de salud mental que desconcierta a científicos y profesionales. En ese sentido, a medida que la población mundial envejece, encontrar soluciones efectivas se vuelve de vital importancia. Un reciente estudio realizado por investigadores del University College London (UCL), publicado en la revista Nature Medicine, arroja luz sobre un factor sorprendente que podría contribuir a aliviar la depresión y mejorar la salud mental de los adultos mayores: los pasatiempos.
Este trabajo, al que pudo acceder la Agencia de noticias científicas de la UNQ, fue liderado por la doctora Karen Mak (Instituto de Epidemiología y Atención Médica de la UCL) y revela un vínculo estrecho entre la participación en este tipo de actividades y una mejor salud mental en personas mayores de 65 años.
¿Cómo se hizo la investigación?
Los científicos analizaron datos de 93.263 personas de este grupo etario, participantes en cinco estudios longitudinales en Inglaterra, Japón, Estados Unidos, China y otros 12 países europeos. Los resultados mostraron que los beneficios de los pasatiempos se mantenían consistentes a pesar de las diferencias culturales y contextos geográficos.
Entre los hallazgos más destacados se encontró que colaboran con una disminución significativa de los síntomas depresivos en las personas mayores. En esa línea, los adultos mayores que tenían este tipo de actividades reportaron niveles más altos de felicidad en comparación con aquellos que no tenían, y evaluaron su salud de manera más positiva. Además, la satisfacción con la vida estuvo fuertemente relacionada con la participación en pasatiempos, lo que sugiere que pueden contribuir de manera significativa a la percepción de bienestar en la vejez.
Es importante señalar que estos efectos positivos se mantuvieron incluso después de ajustar otros factores, como el estado civil, el empleo y los ingresos del hogar. Esto sugiere que el impacto en la salud mental de las personas mayores es independiente de su situación económica o estado civil.
Los pasatiempos como política pública
Las actividades mencionadas en el estudio abarcan desde ser parte de un club hasta la lectura, la jardinería, los juegos, las artes y las manualidades. Aunque la proporción de personas que afirmaron tener pasatiempos varió entre países, el vínculo entre el bienestar y hacer estas actividades se mantuvo fuerte en aquellos lugares con una mayor esperanza de vida y niveles nacionales de felicidad.
En esa línea, se enfatiza que pueden contribuir a la satisfacción con la vida en la vejez a través de múltiples mecanismos, incluyendo el sentimiento de tener el control de la mente y el cuerpo, encontrar un propósito en la vida y sentirse competente para afrontar los desafíos diarios. Además, sugiere que la relación entre estas aficiones y el bienestar puede ser bidireccional, lo que significa que las personas con mejor salud mental pueden ser más propensas a dedicarse a estas tareas y, a su vez, persistir en ellas puede ayudar a mantener una mayor alegría con la vida.
Los resultados de este estudio tienen implicaciones importantes para la salud pública y las políticas de envejecimiento. En esa dirección, Mak sostiene que los responsables políticos podrían promover el acceso a pasatiempos entre las personas mayores como una forma efectiva de mejorar su bienestar y salud mental. “Fomentar la participación en actividades recreativas y culturales podría convertirse en un enfoque fundamental para abordar la epidemia de depresión en la población de adultos mayores a nivel mundial”, dice.
Con todo, estos resultados muestran que pueden ser un factor crucial para mantener una mente sana y una vida satisfactoria en la vejez, independientemente de la cultura o el lugar en el que uno resida. La historia de don José refleja que, a pesar de las circunstancias difíciles, siempre hay oportunidades para redescubrir la felicidad a través de las pasiones y los intereses que dan sentido a la vida.
Por María Ximena Perez - Agencia de Noticias Científicas de la UNQ.
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