Dinosaurios en Mendoza: ¿cómo es el museo a cielo abierto que mostrará más de 400 huellas?

El objetivo es preservar y conservar in situ los restos fósiles de los Titanosaurios, los clásicos gigantes herbívoros de cuello largo. El espacio estará listo en septiembre.

Hace 70 millones de años en la zona que hoy se conoce como Malargüe, Mendoza caminó una manada de dinosaurios herbívoros llamados saurópodos titanosaurios. Hoy, en ese mismo sitio, avanza un museo a cielo abierto dentro del Parque Municipal Cretácico Huellas de Dinosaurios destinado a mostrar las más de 400 huellas registradas por un equipo investigador de Conicet y la Universidad Nacional de Cuyo. El objetivo es preservar y conservar in situ los restos fósiles y expandir la exhibición a través de cartelería y modelos tridimensionales. Se estima que el museo estará abierto a todo público en septiembre.

Dentro del mismo podrán observarse huellas de dinosaurios que caminaron por esa zona hace millones de años. Predominan las de saurópodos titanosaurios (los clásicos dinosaurios herbívoros de cuello largo) aunque también pueden observarse pisadas de terópodos, es decir, animales carnívoros. De igual manera, dentro del Parque Cretácico está en construcción un centro de interpretación que tendrá huesos fósiles y modelos tridimensionales. Además, contará con cartelería con información y acceso para personas con poca movilidad.

En diálogo con la Agencia de Noticias Científicas de la UNQ, Belén Tomaselli, paleontóloga y directora del proyecto Museo a Cielo Abierto de Huellas de Dinosaurios, detalla que existen más de 400 huellas (identificadas por el equipo del Laboratorio y Museo de Dinosaurios de UNCUYO-Conicet dirigido por el paleontólogo Bernardo González Riga) que son preservadas y conservadas frente a las condiciones atmosféricas.

Además, “hay huesos fósiles pero son escasos, sin embargo son de gran importancia ya que pertenecen a animales de faunas diferentes. Este sitio es geológicamente muy interesante porque afloran dos formaciones que registran lo que fue la primera transgresión marina atlántica que ocurrió hace unos setenta millones de años”, narra.

Qué había hace 70 millones de años

La situación continental de aquel entonces dista mucho de la actual. El nivel del mar había aumentado y el Océano Atlántico había inundado lo que se conoce como la costa este argentina y el resto de Sudamérica. Así, el mar tapaba la plataforma continental hasta la provincia de Mendoza. “Había pocos lugares con tierras emergidas y uno de ellos era Malargüe donde habitaban distintas faunas”, cuenta a la Agencia Leonardo Ortiz, paleontólogo y codirector del proyecto.

En línea con esto, Tomaselli agrega: “En la formación Loncoche, donde está gran parte del registro de huellas en el parque, encontramos una asociación de faunas mixtas que tienen que ver con animales terrestres, vértebras de terópodos, fauna de agua dulce y de aguas marinas. Convergen todas esas faunas porque hablamos de un paleoambiente marino costero”.

Según los estudios de los paleontólogos, las huellas pertenecen a cuatro titanosaurios que se desplazaban juntos desde el norte hacia el sur en Malargüe y al límite con Neuquén a unos 4,3 km por hora. Las pisadas traseras tienen entre 40 y 60 cm de largo mientras que las delanteras son más pequeñas y se estima que los animales habrian tenido unos 14 metros de largo. Estas huellas fueron denominadas Titanopodus mendozensis.

Único en el mundo
Ahora bien, once millones de años antes de este evento, se encontraba la Formación Anacleto. “Apenas ingresen al parque los turistas se encontrarán con el yacimiento de Anacleto, en el que hemos encontrado huellas de los pies de un individuo saurópodo titanosaurio. Sus pisadas han preservado detalles anatómicos de la planta del pie, como lo son las garras. Se trata de un registro único en el mundo al que le adjudicamos el nombre de Teratopodus malarguensis”, explica Tomaselli.

La paleontóloga señala que tanto una formación como la otra registran huellas de un mismo tipo de animal (saurópodo titanosaurio), pero los nombres que se le otorgan son distintos porque representan tiempos geológicos diferentes en condiciones únicas.

Un viaje al pasado

Ortiz subraya a la Agencia que el objetivo del museo es socializar el conocimiento. “Todo lo que se va a ver ya fue publicado para los colegas pero buscamos que el público pueda acceder a las investigaciones que hacemos y al pasado de lo que hoy es Malargüe”, manifiesta.

Ambos científicos del Laboratorio y Museo de Dinosaurios coinciden en que a medida que se avance con la publicación de otras investigaciones, el parque abrirá nuevos espacios. Se trata, una vez más, de que la brecha entre la sociedad y la ciencia argentina se achique y den lugar a una nueva cultura científica.

Por Luciana Mazzini Puga - Agencia de Noticias Científicas de la UNQ.

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